miércoles, 19 de noviembre de 2008

Al maestro, sin cariño…

El tema de los maestros es cotidianamente ineludible, incluso hasta en los fines de semana, en los constantes y permanentes “puentes” y en las vacaciones. No hay día que no se hable de los maestros, más aún sin son de los autodenominados “democráticos”. Y a estas alturas sobre los maestros ya nada nos es ajeno.
Digámoslo de otra manera, en estos tiempos ya nada nos sorprende de los maestros y si hay algo que nos lo hiciera, bueno, estaríamos hablando prácticamente de utopías, desde que, todo el ciclo escolar, estuvieran frente a grupo, y que sus manifestaciones fueran pacíficas, sin afectar a terceros.
Lo demás ya no es novedad: suspensiones de clases, imposición de directivos, manejo de recursos públicos plantones, bloqueos, marchas, mítines, campamentos, agresiones y descalificaciones, son una constante del magisterio en aras de una presunta lucha por mejores condiciones de trabajo.
Una novedad sería que el gobierno del estado, el área de política interna, en una primera fase, con acciones de carácter político, disuadiera a los maestros a volver a la normalidad, y que, de no hacerlo, en una segunda fase, con acciones coercitivas, simple y llanamente lo obligara a situarse en la legalidad.

viernes, 24 de octubre de 2008

Yo quién sabe, señor Presidente

En esta ocasión quisiera compartir un texto de Sergio Monreal referente a las secuelas de los atentados, hay que recordar que fueron dos, suscitados en la capital michoacana el pasado 15 de septiembre, en especial a la convocatoria de unidad presidencial, emitida horas después de los trágicos hechos. Y es que a mi correo me han llegado más de una decena de correos, de diversas personas, con el mismo texto intitulado: Yo no, señor Presidente.

De hecho, en la edición de este 24 de octubre en la columna Acueducto hago referencia al escrito, difundiendo solo una parte de el, por falta de espacio más que por ganas. No estaría mal que le echarán un vistazo y que externaran sus opiniones al respecto, aunque como le dije, del día que se dio a conocer a la actual fecha, las cosas han cambiado, pero sigue permanente la esencia del escrito que a continuación se presenta de manera textual:

Y O N O, S E Ñ O R P R E S I D E N T E *

Morelia Michoacán, México, a 19 de septiembre 2008.- Atendiendo a la pequeña parte que me corresponde del llamado a la unidad hecho por Felipe Calderón para todos y cada uno de los mexicanos el pasado 16 de septiembre, tras los atentados explosivos en el centro de nuestra ciudad, me permito alzar la palabra desde esta tribuna para declinar la invitación, expresando algunas de las razones que me llevan a ello.
No acudiré a su demanda, señor presidente. Yo no.
Porque en mi colonia hay una vecina que vende ropa usada, y desde hace meses tiene que pagar una cuota más elevada a sus proveedores de mercancía; proveedores nuevos, más exigentes, distintos, que monopolizan el mercado, a los que no se les puede decir no y cuyo nombre parece prohibido pronunciar.
Porque una alumna tiene un amigo, vendedor de cine de arte pirata en el Auditorio (ese monstruoso tianguis donde cada domingo, a espaldas del turismo, hace latir Morelia el corazón de sus verdaderos rostros), que cierto día y sin previo aviso se puso a rematar a diez pesos todas sus existencias, debido a que la concesión de puestos había pasado a ser prebenda de nuevos responsables, señores del quién vende, qué vende y a cuánto asciende la cuota a cubrir por vender. Responsables a los que resulta impensable contradecir si algún aprecio se le tiene a la propia vida.
Porque un antiguo conocido de mi madre, de visita por la capital michoacana hace un par de octubres, le confió que en algunas de las selectas fiestas privadas que coronan el glamour de la noche durante el Festival de Cine, sólo unas cuantas charolas van colmadas de copas de licor.
Porque mis alumnos bachilleres saben que, en caso de que mañana desapareciera la tiendita que a la vuelta de la escuela les oferta metanfetaminas, pasado mañana aparecería otra igual de próxima para sustituirla. Porque se ha vuelto común pagar por protección que no solicitaste. Porque en mi colonia (una de esas nuevas colonias de desecho con las que usted y los de su especie se jactan de volvernos propietarios, y en cuyos interiores el amor debe hacerse en silencio para no despertar a los niños de la casa de junto) hay padres de familia que graban con su celular los pleitos a golpes de sus hijas adolescentes contra compañeras de la secundaria.
Porque no hay habitante de Morelia que no posea al menos un par de anécdotas inmediatas como estas. Porque ello demuestra que el crimen organizado y sus devastadoras secuelas (económicas, sociales y culturales) no son una distante anomalía en cuyo camino los mexicanos de bien pueden tener la mala suerte de atravesarse, sino una cotidiana realidad más que palpable. Porque los sucesos del pasado 15 de septiembre no constituyen ninguna excepción, sino apenas un grotesco, indisimulable punto culminante de lo que aquí hace mucho se convirtió en norma.
Porque ante tales circunstancias, yo, como cualquier ciudadano que no habite Morelia con los ojos cerrados, sé que morir hecho pedazos por una granada también cabe mirarse como una variante piadosa de la atrocidad, pues al menos es breve.
Porque yo, al igual que todos los michoacanos, al igual que todos los mexicanos, me enfrento cotidianamente a la evidencia de que esa guerra que usted dice que le está ganando al crimen organizado, en realidad la está perdiendo. Y sé que si la está perdiendo hasta el punto en que la está perdiendo, sólo puede deberse a dos razones: a que no le interesa ganarla, o a que ganarla significa para usted y para mí dos cosas radicalmente distintas, si no es que definitivamente opuestas.
Porque el hecho de que afecte usted ante cámaras y micrófonos tanta acongojada indignación, tanta severidad consternada, de ninguna manera le impide aprovechar cada nuevo episodio de devastación e infamia para seguir reduciendo, con calculado esmero, la ya de por sí estrecha frontera que su discurso estableció desde el primer momento entre criminalidad y disidencia. Porque sin pudor alguno hace de la desesperación y el miedo instrumentos para caracterizar como delincuente a cuanto ciudadano se atreva a reivindicar su inalienable derecho a la justicia.
Porque la indignación y la rabia no nublan mi juicio hasta el punto de no entender lo que significa que el crimen organizado se haya atrevido a perpetrar un operativo terrorista en la ciudad donde usted nació, a pocas horas de que presidiera el desfile militar donde sería desplegado en privilegiada pasarela mediática el más significativo muestrario de la infraestructura destinada a combatirlo. Porque el hecho en sí mismo, más las secuelas que le han acompañado (La Familia demandando desagravio para el pueblo michoacano y comprometiéndose a proporcionárselo), evidencian la magnitud del poder real que en este momento detentan sus adversarios, a despecho de la hueca estrategia publicitaria que se empecina en presentárnoslos arrinconados, debilitados, socavados y a punto del definitivo derrumbe.
Porque la colombianización de nuestro país no fue nunca la hipótesis de un destino probable, sino el único escenario que el torpe proceder desde el inicio de su gestión podían precipitar. Porque no hacía falta ser politólogo para entender que si el enfrentamiento de primera línea entre el narco y la institucionalidad policiaca terminó por corromper de modo devastador e irreversible a tal institucionalidad (como cotidianamente comprobamos, por más que muden de nombre agencias y corporaciones), y por otorgarle a las organizaciones delictivas una afinada configuración parapolicíaca, la llana militarización del combate al narcotráfico terminaría tanto por minar la relativa impenetrabilidad de las fuerzas armadas en materia de infiltración y corrupción, como por ajustar la infraestructura organizativa, material y humana del crimen organizado en función de sus nuevos oponentes.
Porque la bravucona, monocorde entonación de sus mensajes, en los que demuestra no disponer de otro plan que el incremento de las mismas ineficaces medidas aplicadas hasta ahora, enmascara algo infinitamente más terrible que candidez o impotencia. Enmascara la decisión (suya y del proyecto de país que encabeza) de beneficiarse hasta donde sea posible con el actual estado de cosas, para seguir agudizando el inexorable adelgazamiento de las garantías políticas del ciudadano común, en vicaria invocación de su propio bien; enmascara la brutal imposición del franco autoritarismo, utilizando como coartada el combate contra la inseguridad. Y porque puestos en semejante contexto, siempre quedó perfectamente claro lo que para nosotros iba a significar su aseveración de que iba a usted a perseverar en el camino trazado sin importar las vidas humanas que costara.
Porque un análisis riguroso de nuestra clase política, nuestra institucionalidad y nuestra legalidad empresarial, revelaría hasta qué punto la élite de buenos mexicanos con los que usted me llama a ponerme hombro con hombro, deben su posición a la connivencia, el disimulo, la complicidad o la franca y abierta participación con las 'fuerzas del mal'.
Porque mirarlo en sus giras al lado de los gobernadores de Puebla y de Oaxaca, independientemente del acatamiento a las convenciones del hacer político y de la vida republicana, me hacen entender que usted está dispuesto, como mínimo, a otorgarles el beneficio de una duda que ningún ciudadano con elemental sentido de la vergüenza puede consentirse. Y porque, sobre esa base, puedo imaginarme hasta dónde pueden llegar en materia de ilegalidad, barbarie, corrupción y delito, de acuerdo a los intereses creados del caso, tanto el beneficio de sus dudas como los costos de su obcecación.
Porque en manos suyas, palabras como Nación, República, Soberanía, Independencia, Democracia y Estado de Derecho dejan de ser términos con significación precisa, valor propio y fin en sí mismos, para convertirse en mero aderezo retórico, al servicio de una tendencia que, erigiendo el beneficio particular de unos cuantos como supremo rasero del sentido público, lo que hace es atentar por principio contra ellos.
Porque hoy por hoy, la institucionalidad en torno a la cual nos invita usted a agruparnos para hacer frente común, de ninguna manera representa los intereses ni del pueblo ni de la nación mexicanos.
Porque los argumentos que utilizara usted en su discurso del pasado miércoles (privilegio de intereses particulares o de grupo por encima del supremo interés de la Nación), para tipificar en confusa y tendenciosa urdimbre como traidores a la patria tanto a los miembros del crimen organizado como a cuantos en materia económica, social y política no piensan como usted, le vienen a la medida apenas se desentraña su cotidiano proceder como titular del ejecutivo federal, sus labores proselitistas para ofrecer al mejor postor los bienes y recursos del país, su empecinamiento por sacar adelante unas reformas estructurales encaminadas a canjear las garantías y conquistas del pueblo trabajador por oportunidades otorgadas a modo de dádiva por un orden empresarial voraz e inescrupuloso.
Porque usted quiere hacernos creer que la lucha debe ser contra el crimen organizado, y yo sé que la lucha es contra un México del que el crimen organizado y usted mismo no son sino facetas parciales.
Porque la ideología, en tanto definición reflexiva y crítica de nuestro ser en el mundo, no puede despacharse como una prescindible camiseta que uno se quita o se pone de acuerdo con esta o aquella coyuntura, sino que constituye la medida justa de las realidades posibles con que estamos dispuestos a comprometernos. Porque la política, en tanto construcción soberana de los lineamientos generales de nuestro espacio público, no refiere a ningún medio discrecional encaminado a la obtención de determinados beneficios particulares, sino a la acción que define y valida nuestra posición ante la historia.
Porque, dicho y precisado lo anterior, entro íntegramente en el grupo, tan censurable según sus palabras, de los que por razones ideológicas y políticas no están dispuestos a sumarse a esa lucha de usted y de quienes, compartiendo su envilecido horizonte ideológico y su mezquina concepción del hacer político, junto a usted luchan.
Porque cuando sus discursos pretenden reducir el crimen organizado a mero síntoma, no lo hacen por inocencia, ni por ignorancia ni por equivocación. Lo hacen porque forma usted parte de la misma enfermedad.

Por eso alzo la voz. Y desde esta tribuna manifiesto:
Yo no, señor presidente.
Yo no, señor gobernador.
Yo no, señor presidente municipal
Yo no, señores diputados.
Yo no, señores funcionarios.
Yo no, señores de los partidos políticos.
Yo no, señores del Consejo Coordinador Empresarial, de la Coparmex y de la Canacintra.
Yo no, señores de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Yo no, señores intelectuales.
Yo no, señores dueños de los monopolios informativos estatales y nacionales.
Yo no, a todos aquellos que junto a los arriba mencionados decidan firmar.

Conmigo no cuenten.

Atte.
C. Sergio J. Monreal


*Leído la noche del 19 de septiembre en la Escuela de Letras de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, durante la presentación del libro 'Las raíces del aire'.

viernes, 3 de octubre de 2008

15-S, y los culpables gubernamentales…

Después de los atentados del pasado 15 de septiembre, y conociendo una serie de anticipadas amenazas del crimen organizado en ese sentido, pareciera que integrantes de los tres niveles de gobierno no tuvieron ninguna responsabilidad.
Sin embargo, hay detalles que muestran, por ejemplo, la pésima estrategia para resguardar la seguridad durante la noche del Grito de la Independencia, especialmente en el centro histórico de la capital del estado.
Tan solo por ello, la secretaria de Seguridad Pública, Citlali Fernández González, debería ser llamada a comparecer al congreso estatal, para que, entre otras cosas, explicara cuál fue exactamente esa fallida estrategia.
Pero también en esa estrategia estaban elementos policiacos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), a cargo de Miguel García Hurtado, quien al igual que la titular de seguridad pública, en una primera instancia, están bajo la coordinación del secretario de Gobierno, Fidel Calderón Torreblanca.
Por eso, los tres funcionarios tienen suerte no de contar con una oposición comprensiva y madura, sino con una oposición que no sabe diferenciar entre respaldar acciones gubernamentales en situaciones de crisis y de fustigar cuando estás fallan terriblemente al ponerse en operación.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Cateos militares

Ya son recurrentes los casos en que integrantes del Ejército Mexicano sin miramiento jurídico alguno irrumpen en casas habitación de la capital michoacana, al igual que en varias partes de la entidad.
Sin embargo, hasta el momento las fuerzas castrenses no han dado ningún argumento de este tipo de acciones y mucho menos disculpas a las ya numerosos víctimas, pese a que hay decenas de denuncias.
En un inicio cuando se empezó la espiral de las protestas contra los cateos militares irregulares, más bien ilegales, hubo voces que pretendían hacerlas aparecer como una acción del crimen organizado.
Pero, como se ha visto con las indagaciones de los organismos de derechos humanos federal y estatal, las violaciones castrenses eran una constante permanente en cualquier parte del territorio michoacano.
Las protestas arreciaron aún más cuando dichos cateos se efectuaron casi masivamente en la ciudad de Morelia, colonia por colonia, calle por calle, casa por casa, aunque no todo indicaba que se trataba de una estrategia.
Salvo casos no muy numerosos, la ciudadanía no rechaza los cateos militares, siempre y cuando estén avalados por una orden judicial, como simplemente debe ser, pero no por ello descarta situaciones de saqueo.
Aún así, hoy en día hay decenas de casos de cateos que se realizan, previo permiso verbal de los inquilinos, en donde los militares con equipo moderno pueden detectar la existencia de armas de fuego y de drogas.
Y, bueno, usted que haría:
1.- ¿Se opondría a un cateo sin orden judicial?.
2.- ¿Otorgaría el permiso verbal correspondiente?.
3.- ¿Se resistiría aún cayendo en defensa de su hogar?.

viernes, 29 de agosto de 2008

¿Liberales o conservadores? Usted qué opina

Quién tendrá más poder de convocatoria, la pasada consulta energética o la marcha contra la inseguridad. He ahí el dilema, entre los llamados liberales y los denominados conservadores, que ni uno ni el otro son lo que son, sino que casi todo lo contrario.

viernes, 15 de agosto de 2008

Godoy, seis meses

Al inicio del actual gobierno michoacano, el 15 de febrero de este año, Leonel Godoy Rangel abrió una gama de expectativas que prácticamente fueron amagadas en lo inmediato por la histórica huelga de los burócratas estatales y por la inesperada rebelión del magisterio “democrático”.
Lo anterior, aunado al lento y a veces torpe aprendizaje de los nuevos funcionarios -ya sea derivado por incapacidad crónica, en algunos de ellos, o por dejos de prepotencia- provocó que el optimismo inicial de las expectativas fuera ya más discreto para numerosos sectores de la población.
Ahora, a seis meses de esta administración, lapso en que varios secretarios y secretarias han mostrado de qué son y no son capaces, casi nadie puede otorgar una prórroga en el beneficio de la duda, por lo que tendrán que demostrar en los hechos sí pueden contribuir a un buen gobierno.
Como se ha dicho, la etapa de aprendizaje ha terminado, y a partir de este viernes, 15 de agosto, el ex dirigente nacional del PRD debe empezar a demostrar de qué madera está hecho su gobierno, hasta hoy moteado de signos de izquierda.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Uruapan, ambulantes, ambulantes…

En lo personal no deja de ser una sorpresa la reubicación de una gran parte del comercio informal del centro de la ciudad de Uruapan, sobre todo porque se deriva de un gobierno local panista.
Fue una sorpresa porque alcaldesa tras alcaldes se habían comprometido a concretizar un proyecto que data, claro está, desde hace varios trienios, pero el actual no requirió ni un año para hacerlo.
A la fecha, ya van dos reubicaciones importantes en territorio michoacano: Morelia y Uruapan, realizadas por gobiernos locales priísta y panista, respectivamente, claro, ambas respaldadas por el gobierno del estado en turno.
En ese sentido, me gustaría saber su opinión no solo a qué ciudades michoacanas le gustaría que se socializara la reubicación del comercio informal, sino, en el caso de Uruapan, cómo vislumbra su impacto mediático, políticamente hablando.

lunes, 28 de julio de 2008

¿Consejo, consejo…ciudadano, ciudadano…?

En la organización de la llamada consulta popular sobre la reforma energética, impulsada por el PRD, PT y Convergencia -más allá de una acción unilateral o, bueno, trilateral, surgió un consejo denominado ciudadano para dar fe del ejercicio democrático.

Y, cuando menos en Michoacán, esa figura ni fue consejo ni fue ciudadano, en términos estrictamente literales, pues ni se reunieron en forma constate y permanente y mucho menos, de acuerdo a su perfil político y/o ideológico, forman parte de un grupo civil apartidista.

Por eso, al menos este Consejo, como tal, carece de una autoridad moral, en toda la extensión de la palabra, para establecer si la consulta tuvo los elementos necesarios para considerarla objetivamente transparente, incluso aunque haya sido así.

Usted, qué opina.

lunes, 21 de julio de 2008

¿Consulta, consulta…?

Se acerca el 27 de julio, fecha en que, al igual que en otros estados del país, en Michoacán se efectuará la llamada consulta popular energética, para ello, como se sabe, ya están las dos preguntas en las que si usted se toma la molestia dominguera de ir a votar, solo tendrá que señalar un si o un no, como respuesta a cada una de ellas.

A mi me parece bien la primera pregunta, pero la segunda se hace muy general, sin caer en el término abstracto, y hasta diría innecesaria que bien podría ser sustituida por una mucho mejor, sobre todo porque la gran mayoría de los votantes no conocen detalles de las iniciativas de la reforma energética que están en la legislatura federal, pero más bien, ¿usted qué opina?.

LAS DOS FAMOSAS PREGUNTAS DE LA CONSULTA

1.- Actualmente la explotación, transporte, distribución, almacenamiento y refinación de los hidrocarburos son actividades exclusivas del gobierno, ¿está de acuerdo o no está de acuerdo que en esas actividades puedan ahora participar empresas privadas?

2.- En general, ¿está de acuerdo o no está de acuerdo con que se aprueben las iniciativas relativas a la reforma energética que se debaten actualmente en el Congreso de la Unión?

domingo, 13 de julio de 2008

Taxi, taxi...

Hola, que tan mal estamos en Michoacán que ni siquiera en el transporte público el gobierno estatal nos garantiza seguridad, sobre todo al abordar un taxi, en cualquier lugar, en cualquier ciudad...

Y es que, como todos seguramente sabemos, hay demasiados taxis a lo largo y ancho del territorio michoacano, pero sin saber cuáles son regulares, cuáles semiregulares y cuáles irregulares -es decir, "piratas"-.

En estos tiempos, no, no todos pero si casi todos podemos tener nuestro propio taxi, sólo basta tener un vehículo, registrarse en una organización de transportistas y pagar algunas cuotas, de manera subsecuente.

Por eso podemos ver en nuestras ciudades taxis con placas oficiales, taxis con placas normales y taxis sin placas, sin que nadie los infraccione y sin que nadie nos dé un explicación del porqué este fenómeno.

Uno, por las prisas, puede abordar cualquiera dos de los tres tipos de taxi mencionados y (Dios no lo quiera) sufrimos un accidente, quién pagará las secuelas del mismo, a quien reclamarle (porque ya sabemos a quién mentarle la madre)... Usted qué piensa.

miércoles, 9 de julio de 2008

¿Hoy no circula?

Hoy más que de política quisiera saber su opinión en torno a la implementación del Hoy no circula aunque sea en el “corazón” del Centro Histórico de la capital michoacana, como una forma, aunque claramente parcial, de disminuir el ya incontenible tráfico vehicular por ese sitio, sobre todo cuando hay manifestaciones masivas. De hecho, en el ayuntamiento moreliano hay resistencia siquiera a discutir el tema.

lunes, 7 de julio de 2008

¿Democráticos, democráticos...?

Hola, en esta ocasión me gustaría debatir con los, por lo mientras, poquísimos visitantes a este espacio, el caso singular de los maestós denominados democráticos pero no aquellos que hacen y deshacen la vida cotidiana de los morelianos con sus sin números de manifestaciones -sobre todo en el centro histórico, en muchas de las veces sin razón justificada-,sino aquellos que mantienen una vida interna sui generis.

Y es que, por ejemplo, se dicen democráticos sin serlo al interior de su organización sindical que es sostenida con recursos públicos, en la gran mayoría de los casos sin devengarlos y no exactamente solo con el gis y el pizarrón, especialmente porque las decisiones son verticales, aún cuando las pretende aparecer como horizontales, y los que disienten de las mismas son prácticamente expulsados, como ocurrió recientemente.

Además, a estas alturas a nadie asusta hablar del famoso marchometro magisterial, como una forma de ubicar a los profesores que participan activamente y quienes no en las movilizaciones; claro, entre más presencia se realice en tomas, marchas y mítines, aquí o en la capital mexicana o en donde sea, hay más posibilidades de que los ascensos, los empréstitos y demás concesiones sea mejores en tiempo y en forma.

Pero, bueno, lo importante en este caso es cómo usted percibe al magisterio llamado democrático, como organización sindical, en la toma de sus determinaciones, en su vida interna...

viernes, 4 de julio de 2008

Caso Cherán

Como todos sabemos el conflicto político electoral de Cherán, y en el cual se ha involucrado las muertes de tres personas, sigue sin resolverse y más aún tiende a agudizarse si en los próximos días el ejecutivo estatal no logra una salida política y más si el legislativo no acuerda la desaparición de poderes.

Desde mi óptica, hasta este momento no hay una solución a la vista, si acaso una negociación de altos niveles en la que el alcalde priísta Roberto Bautista Chapina solicite licencia al cargo y arribe a él uno de sus compañeros de partido, pero la gran pregunta sería: ¿A cambio de qué?